La respiración es la única función fisiológica que se puede realizar de forma automática o controlada.
Los ejercicios de respiración consciente y controlada que se realizan en el Yoga (Pranayama), además de favorecer la relajación, mejoran la actividad pulmonar y ralentizan el ritmo respiratorio, no solo durante la práctica, sino que poco a poco se incorporan a la memoria del cuerpo.
Se dice que cada cuerpo tiene asignado un número de respiraciones hasta la vejez y la muerte. En nuestra mano está darle calidad a esas respiraciones, alargarlas todo lo posible, y así mejorar nuestra capacidad vital.