En estos días de lluvia, eclipse y luna nueva, en que parece que se resiste a llegar la primavera, estamos en una etapa de transición. A punto de dejar atrás los meses fríos, es un buen momento para revisar las metas y propósitos que nos fijamos al comienzo del año. Como casi siempre, en algún punto flaqueamos, y aunque nos pongamos alguna disculpa, lo que suele fallar es la disciplina y la voluntad. Practicar Yoga, además de ayudarnos a mantener un físico sano y en forma, refuerza nuestra fortaleza mental y voluntad, para enfocar nuestros objetivos y para sentirnos motivados en la vida.
«Nunca llegarás a saber quién eres, si no has desarrollado la disciplina para lograrlo». Yogui Bhajan
La desmotivación, el desánimo, la insatisfacción, encontrar demasiados obstáculos o la apatía, provienen de fallarnos a nosotros mismos. Entonces nos sentimos sin rumbo, limitados, con poca capacidad de decisión o actuación, y dejamos el timón solo, manejados por las olas del tiempo, o nos quedamos estancados en cualquier dique.
Lo que nos da fuerza y entereza para afrontar la vida con todo lo que nos trae, o lo que nosotros mismos nos proponemos, es nuestra fuerza interior.
Con la práctica continuada de yoga, al tiempo que alcanzamos un estado de paz y bienestar, vamos moldeando y templando nuestra mente. Encontramos el brío para enfrentar la vida, y la determinación para orientarnos hacia nuestros proyectos.
Una buena práctica de yoga, enfocada con la intención de ejercitar la fuerza de voluntad, nos ayudará a conectar con nuestra fortaleza interior y poder personal. Para ello, trabajaremos el centro energético situado en el abdomen, a la altura del ombligo. Es el llamado por algunas filosofías y medicinas orientales, Manipura Chackra. Un centro de energía donde habita el Agni (fuego vital o fuego digestivo). Aquí residen nuestras líneas de poder personal, relacionadas directamente con nuestra fuerza interna, capacidad para automotivarnos y para materializar nuestros objetivos vitales.
Para ejercitar la fuerza de voluntad con yoga, realizamos secuencias de posturas de equilibrio y sobre todo vigorizantes, donde se activa mucho la zona del abdomen, la circulación sanguínea y los procesos digestivos. A la vez que gana tono y firmeza la cintura abdominal, con todas las repercusiones beneficiosas que esto genera directamente sobre nuestra columna vertebral.
La activación de la circulación sanguínea nos permite centrar nuestro foco, ayuda a generar nuevas ideas, aumenta la capacidad de resolución de problemas, y todo lo relacionado con la conclusión de planes, creación de estrategias y con la determinación personal. De este modo, es nuestra mente la que domina al cuerpo y no al revés.
Poco a poco nos hacemos más conscientes de lo que queremos y necesitamos, nos cargamos de energía para afrontar la vida con decisión y compromiso, crece nuestra confianza personal.
Confío en mí. Cualquier cosa que me proponga, en mí está conseguirlo. En este caso, en el poder de mi ombligo.
Me parece excelente
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GRACIAS POR LA EXPLICACION DEL BENEFICIO DE LA POSTURA, SALUDOS
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