El invierno es una estación mágica en la que la Naturaleza se repliega y descansa, hay menos luz y las noches son más largas, sin embargo, en los cielos helados de invierno se ven brillar con fuerza las estrellas.
En esta época, como en la Naturaleza, nuestra energía va de fuera hacia dentro, apetece estar en casa al calor de la chimenea y del hogar. Es el momento de sembrar las semillas en la tierra profunda que florecerán en la primavera y en verano darán frutos. Es la época de sembrar lo que queremos recoger en los próximos meses. Tiempo de mirar hacia dentro aprovechando la capacidad de observación y meditación que nos ofrece la estación más fría y oscura. Es momento también de propiciar la paz que necesitamos para conocernos en esencia, para descubrirnos al dejar caer velos, despojándonos de todo lo que no nos corresponde, como hacen los árboles desnudos de hojas. Sólo así será posible la transformación y el florecimiento de la primavera.
Los inviernos más largos y más duros siempre suponen un reto para cultivar nuestras cualidades más recias, nuestra fortaleza. Es la época propicia para echar raíces y anclarnos en nuestra Verdad, en lo que realmente queremos, para que cuando las circunstancias de la vida nos balanceen, sigamos siendo fieles a nuestros principios y objetivos, sin desviarnos de nuestro camino esencial.
Cuando vivimos en sincronía con los tiempos y los ciclos de la naturaleza, podemos aprovechar esas energías que también forman parte de nosotros, para desarrollar nuestra consciencia y nuestro potencial infinito.
Al armonizarnos con la Naturaleza y sus ciclos, reconocemos nuestra verdadera naturaleza.
Al mirar al cielo y a las estrellas reconocemos nuestro verdadero Ser.
Este ciclo de Yoga Esencial para el Invierno ofrece una oportunidad de armonizar nuestros propios ciclos internos, aprovechando las energías y posibilidades que propicia la estación.
- Un espacio para escucharnos y contactar con nosotros mismos.
- Meditaciones que nos permitan ir hacia dentro, indagar, conocernos.
- Despertar el Maestro interior que sabe y se da cuenta.
- Cultivar las semillas-propósitos que queremos ver florecer en nuestra vida.
- Fortalecer nuestras raíces.
- Avivar nuestro fuego interno.
- Reconocer y cuidar la luz del corazón que nos guíe en la oscuridad.
Las sesiones se componen de âsanas (posturas), pranayâmas (respiración), relajación, meditaciones, mantras y mudras.
Consulta aquí los horarios.
El viernes 1 de febrero: Sesión abierta en El Escorial.
Muchas gracias por todo este conocimiento maravilloso que comparten conmigo
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