Érase una vez un hombre de corazón aventurero que vivía junto a su mujer en una modesta casita de campo. El joven que era un gran buscador de todo tipo de tesoros, un día se topó con unas escrituras secretas muy antiguas. En aquellos textos leyó sobre la existencia de una Puerta Dorada a través de la cuál se entraba al Reino del paraíso.
Dejándose guiar por el noble impulso de encontrar aquella puerta, el hombre se despidió de su mujer con el anhelo de hallar el Reino y compartirlo con ella. Así emprendió un largo viaje hacia el oriente. Viajó durante meses, caminó y ascendió altas cumbres hasta llegar al país de las nieves. Allí, en la cumbre más alta, en una hermosa cueva con un fuego perpetuo, vivía una anciana sabia de mirada brillante y amable a quien quiso visitar, pues le habían dicho que ella conocía todos los secretos de las antiguas escrituras. En torno al fuego, compartieron un delicioso caldo caliente de hierbas aromáticas que la propia anciana preparó.
– Querida abuela, he viajado mucho, visitando ciudades, palacios, templos…hasta llegar a estas cumbres, las más altas, en una búsqueda sin éxito. Quisiera preguntarte por la existencia de la Puerta Dorada del Reino, y cómo puedo llegar a ella.
– Mi querido muchacho, respondió la anciana. La fuerza de tu espíritu que ha guiado tu camino y tu voluntad son la prueba certera de que lo que anhelas existe. Lo que buscas, te está buscando .
Sin embargo, no encontrarás la Puerta Dorada del Reino en las altas cumbres ni en el cielo, sino en la tierra firme que pisan tus pies. Tampoco su ubicación puede revelarse a través de palabras.
Es tarde, quédate a dormir esta noche junto a mi fuego eterno y en tus sueños te revelaré dónde se encuentra la gran Puerta Dorada que conduce al Reino.
Al joven que estaba muy cansado le pareció una estupenda idea pasar la noche en aquella acogedora cueva, al abrigo del las llamas, y de algunas mantas y pieles que la anciana preparó. Y así durmió toda la noche plácidamente.
A la mañana siguiente, un rayo de sol sobre su rostro le despertó. Buscó a su alrededor pero se encontraba solo en aquella cueva. Con ainco, trató de recordar sus suenos para encontrar la clave hacia la Puerta Dorada que la anciana le había prometido la noche anterior. Pero no recordaba nada. Tan solo una voz que le decía: regresa a casa.
Un tanto desconsolado pero siendo fiel a esta voz, emprendió el camino de descenso hacia el valle y de vuelta a casa, junto a su mujer.
Pasaron los años, viviendo de forma apacible y sencilla al lado de su familia y poco a poco se fue olvidando de la Puerta Dorada y de aquel viaje de juventud.
Se estaba convirtiendo ya casi en un anciano, cuando algo sucedió una mañana como tantas otras, mientras regaba el jardín y el huerto junto a su esposa. Era una mañana brillante, algunos brotes empezaban a florecer después del invierno. Se escuchaban el canto de los pájaros, el zumbido de algunos insectos y la voz de su mujer entonando una canción, mientras sentía la calidez del sol sobre la piel y el aire fresco.
De pronto, en una milésima de segundo todos los rayos del sol se posaron sobre la vieja puerta de su casa, centelleando en pequeñas partículas de oro puro, dibujando miles de filigranas brillantes doradas y los más bellos ornamentos que jamás había visto.
En aquel preciso momento, recordó su sueño en la cueva del fuego eterno:
La Puerta Dorada del Reino está allí donde tu corazón encuentra su morada.
Allí donde posas tu mirada amorosa, está el Reino.
Cuando todas tus partes se reUnen, estras en el Reino
El Reino es como un grano de mostaza que una mujer plantó en su huerto y creció y creció hasta hacerse árbol y todas las aves del cielo anidaron en sus ramas.
El Reino está en ti.
MASTERCLASS Online GRATUITA “The Golden Door”
Situarnos ante esta puerta umbral, sentir su cualidad, activarla y dejar que se nos revelen los códigos y mensajes que guarda para nosotros.
Así dará comienzo nuestro próximo Encuentro y Masterclass.
27 marzo
10:00 – 12:00 (hora Madrid)
Online (Vía Zoom en vivo + grabación)
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- Armonizar y tonificar cuerpo físico, mental y energético.
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~ Purificar canales físicos, mentales y energéticos
~ Pranayamas y respiración - Viaje Meditativo.
~ Meditación guiada
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Este es mi regalo para este Equinoccio de primavera.
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